lunes, 19 de octubre de 2020

Corregir



   Desde hace incontables meses, estoy corrigiendo mi última novela. Es un trabajo interminable, que a veces me agota… Pero sé que es importantísimo. Es increíble como cambia una historia según la forma en que es narrada. Una historia mal contada, por interesante que sea, causa rechazo en el lector. Y es igualmente cierto lo contrario: una historia insubstancial logra trascendencia si está bien contada.  
   Y por corregir no me refiero solamente al estilo y la gramática. Como parte de la corrección, reescribimos una y otra vez, perfeccionando la forma en que hemos narrado. Las sucesivas lecturas del texto, nos permiten descubrir todo tipo de fallas que durante el acto creativo pasamos por alto. En cada corrección reestructuramos la historia, cambiando fragmentos de lugar, agregando frases necesarias que le aportan riqueza, colorido o mayor comprensión, y quitando lo que sobra, que la hace pesada o repetitiva. Descubrimos incoherencias, errores de fondo, todo tipo de impurezas… Como si nuestra historia fuera un diamante en bruto, al que hay que pulir y dar forma innumerables veces, tallar y tallar, hasta que alcance la perfección. 
  Esto nos lleva al tema del fondo y la forma, y de su mayor o menor importancia relativa. Mi opinión es que ambos son igualmente importantes, y que es imposible separarlos. Una ficción toma vida a través de la forma que el autor usa para expresarla, y por muy original, atractiva y entretenida que sea la trama, si no está transmitida de una forma impecable, perderá por completo su fuerza y encanto frente al lector. 
   Algunos escritores y escritoras jóvenes, sobre todo los indies (independientes), no toman demasiada conciencia de esto y corrigen muy poco, publicando textos que en algunos casos son impresentables. Ya me he topado con algunos, imposibles de leer, aunque las ideas por detrás eran interesantes. Y sé que muchos editores del mercado editorial tradicional se quejan de la incorrección de los textos que reciben: desprolijos y defectuosos en el estilo, y con terribles faltas gramaticales y sintácticas.
   Tenemos que corregir mucho  y sólo terminar de hacerlo cuando al leer nuestra obra no querramos cambiar ni siquiera una coma. Los grandes escritores siempre han corregido, ninguno ha eludido esta fase del trabajo, y algunos confiesan que nunca se termina de corregir. Juan Marsé, novelista español, declara que este trabajo nunca termina y que aprovecha cada reedición de sus novelas para volver a corregir. Sin embargo, supongo que para los que llevan muchísimos años como escritores la tarea es más fácil. Como en toda actividad, la experiencia enseña y con los años se aprende. Pero igual hay que corregir. 
    Y es importante dejar pasar un tiempo entre corrección y corrección. Porque llega un momento en que ya no tenemos perspectiva en relación al texto, y necesitamos una pausa más o menos larga antes de retomarlo. 
  Por eso, mi consejo, es:
   Corrige… Corrige… Corrige

Antiguas preguntas, respuestas perdurables (2)



   Este post completa el publicado con el mismo título en el blog Vivencias de una peregrina,
                             http://creadoresmisticosytransmutantes.blogspot.com

Las tres novelas mencionadas en este post, están disponibles para su lectura gratuita en los siguientes blogs:

http://novelatarot.blogspot.com

http://ahoraonuncaelfindelasprofecias.blogspot.com

http://peregrinasyperegrinos.blogspot.com



.¿Cómo empezaste a escribir? 

   Siempre fui una gran lectora y por eso escribía muy bien cuando era niña. Tenía las mejores notas en lengua y literatura y las ayudaba a mis compañeras de escuela a redactar. Incluso escribí una pequeña obra de teatro, que representamos en una fiesta escolar.  Durante mi juventud escribía cuentos y poesías, y me daba un gran placer hacerlo. Pero pronto comprendí que no tenía nada para decir y dejé de escribir, aunque siempre continué leyendo.
   Después de muchísimos años, llegué a una situación de estancamiento en mi vida. Sentía que tenía que hacer otra cosa, pero no la descubría. Entonces hice un viaje (viajar siempre me desbloquea), y visité a un poderoso sanador. Quince días después, desperté por la mañana con una certeza: tenía que ponerme a escribir. Entonces participé de un taller literario que me dio seguridad, leí muchos libros de preceptiva literaria, y comencé a escribir mi primera novela:  Violeta y el Camino de los 22 Arcanos. 

. ¿Qué género es tu favorito? 

    La novela, y prefiero el realismo. En mis novelas trato de acentuar ese realismo, para dejar bien claro que las experiencias espirituales de algunos personajes no son fantasías, sino experiencias transpersonales que todos podemos tener. 

. ¿En lo más profundo de tu motivación, para quién escribes?

   En lo más profundo, y en lo menos profundo, escribo para mis potenciales lectores, o sea: personas a quienes interesen mis temas, mi estilo, mis personajes...  Y supongo que  todos los que escribimos queremos eso: que nos lean y que les guste. 
   Y me motiva transmitir lo que he comprendido en mis largos años de búsqueda espiritual. Mis novelas siempre tienen mensajes, y estos son casi siempre muy explícitos. Pero procuro que sean entretenidas y que los mensajes no cansen o aburran, y que  estén entretejidos en la trama, en el desarrollo de la historia. 
   En "Violeta y el Camino de los 22 Arcanos"  reproduzco un camino de búsqueda espiritual, un proceso de crecimiento y transformación.  Y sugiero que es un camino abierto para todos y que puede traer mucha plenitud a nuestras vidas. Y esto es  absolutamente cierto, al menos en mi caso y en el de muchas personas que conozco íntimamente.  
   En "Ahora o Nunca. El fin de las profecías" hay muchos temas, dado que son varios personajes centrales, de edades y ocupaciones muy diferentes. La cuestión moral es muy importante y también la necesidad de darle a nuestras vidas un rumbo más satisfactorio y pleno.  
   "Peregrina en la India" es el viaje, en busca de respuestas, de una chica argentina en la India. Sus experiencias y comprensiones, su encuentro con maestros y enseñanzas, y también con diferentes personas (no sólo de la India), se entretejen a lo largo de la trama. Algunos fragmentos aparecen en el blog del mismo nombre, y también hay un fragmento (en inglés) en la página "Oblates of Shantivanam". 

. ¿Qué escritores conocidos son los que más admiras?

   Muchísimos, porque siempre leí mucho, aunque como lectora tuve diferentes etapas. De niña y adolescente, leía lo que estaba en la biblioteca de mis padres, muy buenos libros por cierto. De joven me atrapó el boom latinoamericano: García Márquez, Fuentes, Rulfo, Vargas Llosa, Roa Bastos, Carpentier, estaban entre mis favoritos, y por supuesto mis compatriotas Cortázar, Sábato y Borges. Pero continué leyendo a los grandes escritores que ya había conocido en la adolescencia: Tolstoi, Chejov, Maupassant, Mann, Kafka, Hesse, Baroja, Galdós, Somerset Maugham, Hemingway, y muchísimos otros que no menciono, porque la lista sería demasiado larga. 
   Cuando desperté a lo espiritual, dejé de leer ficción y me sumergí en innumerables lecturas esotéricas y espirituales que saciaron mi sed de comprensión. Ocasionalmente tuve encuentros con la nueva literatura afín a esa temática, como Bach, Barrios, el singular Kerouac, o novelas más antiguas como las de Dion Fortune.  

. ¿Cuáles son, según tú, los ingredientes básicos de una historia?

   Que esté bien narrada, que atrape, que transmita algo, que emocione y que “toque” (no encuentro palabra mejor) al lector. Las novelas que más recuerdo me tocaron  y nunca las olvidé. Afinando podría decir: que el tema interese al lector, por eso las historias tienen que encontrar sus lectores. En cuanto a lo que significa bien narrada o  bien escrita, hay diferentes opiniones acerca de esto. La percepción de una obra de arte es muy subjetiva, y por eso tantos escritores que luego fueron reconocidos como genios literarios, padecieron al principio el rechazo de las editoriales. Hemingway es un ejemplo. En mi caso particular, bien escrito significa decoroso, lo cual no está reñido con la sencillez. Deliberadamente uso un lenguaje llano en mis novelas, porque no están dirigidas únicamente a personas con cultura literaria. Pero intento (y creo que lo consigo) respetar al idioma que empleo: el  hermoso castellano. 

.¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Qué ocurre antes de sentarte a escribir? 

   Primero dejo que fluya la inspiración: van apareciendo ideas, se van enredando solas, no es un proceso consciente ni me genera esfuerzo. Escribo toda la novela sin prestar atención a los aspectos formales, solamente a la trama, al desarrollo de la historia,  a la creación de los personajes. Después de terminada esa etapa, empiezo a trabajar el material, corrijo y vuelvo a corregir numerosas veces, cambio, mejoro, elimino y agrego. 
  ¿Antes de sentarme?... No ocurre nada especial. Me despierto con ganas de escribir, y si no hay otra cosa más urgente, me siento y escribo.

.¿De qué te rodeas en tu estudio de trabajo para favorecer tu concentración?

   Me ayuda el silencio, aunque a veces pongo música que sintonice con lo que estoy escribiendo. Para lo muy trascendente: música clásica o new age. Para las escenas románticas: la bossa nova brasilera o boleros.

. ¿Qué hace que un personaje resulte creíble? ¿cómo creas los tuyos?

   ¿Un personaje creíble?: pues lo más parecido a cualquiera que podamos encontrar por ahí. Y no siento que los creo, aparecen creados, enteros desde el principio, aunque luego tengo que ajustar la narración para que no hagan o digan cosas incoherentes con lo que son. 

.¿Crees que ya has encontrado "tu voz" o eso es algo que se está eternamente buscando?

   Sí, creo que  encontré mi voz... Lo que necesito ahora es encontrar a muchas y muchos que la escuchen.



miércoles, 30 de septiembre de 2020

Para los escritores indies (independientes) no es fácil llegar al público


   En el año 2009 empecé mi aventura como escritora independiente haciendo una impresión en papel de mi primera novela y el manual. Fue una alegría ver el libro impreso, aunque luego vinieron las inevitables frustraciones, porque la distribución en librerías está prácticamente cerrada para nosotros.

   Si miramos las estanterías y mesas de cualquier librería veremos solamente los títulos de las grandes editoriales. Los libreros raramente reciben un libro de autor independiente, excepto si es un amigo, e incluso los libros de editoriales pequeñas están escondidos en algún estante, no en los lugares más visibles o en los escaparates. Por supuesto hay excepciones a esto, pero la norma es la que acabo de exponer.

   Puede haber salidas que parten de un esfuerzo cooperativo, como el de algunos escritores en España, que crean redes de distribución alternativas. Pero España es un país pequeño y es más fácil el contacto con las librerías de las principales ciudades. No sucede lo mismo en la Argentina y en la mayoría de los países de América Latina, donde las distancias son enormes. En nuestro país hay iniciativas  como la de la FLIA (Feria del Libro Alternativo), promovida por jóvenes escritores, pero la distribución de sus libros no llega a los circuitos comerciales de distribución, se mantiene en circuitos alternativos, por lo cual su alcance es reducido.

  Cuando colgué mis libros en la web (a partir del año 2012), luego de la euforia inicial, estuvieron los hechos. La mayoría de la gente sigue prefiriendo leer en papel… Publicar ebooks es algo que recién empieza, y los portales que permiten la autopublicación a los indies son poquísimos y en castellano menos aún. En una empresa como Amazon (donde estaban mis libros hasta hace unos años),  es tan abrumadora y creciente la cantidad de obras en oferta, tanto de independientes como de editoriales, que es muy difícil lograr una buena visibilidad, y los que la consiguen son muy pocos y debido a que son muy hábiles en la promoción.

   Sin embargo, a pesar de esta visión realista acerca de la autopublicación, es una suerte que ésta sea posible. Para cualquier escritor, publicar su libro para que lo lean es prioritario. Y la autopublicación, más allá de sus actuales límites, lo permite.


  

  


Un escritor, además de escribir, ¿tiene que ser empresario?

   Hace poco dejé un comentario en la página de un conocido agente literario, quien habitualmente permite comentarios a sus interesantes pos...